La década de los años 60 fue especialmente dura para Jánovas, y para otros núcleos poblacionales afectados por el proyecto hidroeléctrico de Iberduero, ya que comenzaron las compras y las expropiaciones de las propiedades privadas y de los bienes comunales.

El dolor provocado durante este proceso expropiatorio fue enorme, sobre todo teniendo en cuenta que la compañía eléctrica seguía teniendo dudas sobre la rentabilidad de su proyecto en los ríos Ara y Cinca. Aún así, con dudas y todo, Iberduero compró las casas y las tierras de algunas familias que, agobiadas por las circunstancias, accedieron a vender. Para adquirir el resto de bienes, la empresa recurrió a la expropiación. En unos y otros casos Iberduero no dudó en aplicar todo tipo de presiones para deshacerse de la gente del pueblo y pagar por ello lo menos posible.

Lista de expropiados
Se publica la lista de las personas afectadas por las expropiaciones en el Boletín Oficial de Huesca.

Repoblación forestal obligatoria
El Ministerio de Agricultura declara de utilidad pública realizar una repoblación forestal para evitar que materiales sólidos lleguen hasta la parte del río Ara donde se quiere construir el pantano de Jánovas.

Sin embargo, la obligación de llevar a cabo dicha repoblación recayó sobre las personas propietarias de los terrenos, que tenían que sufragarla con su dinero. Si se negaban, solo les quedaba ser expropiadas, o vender sus posesiones al Estado. Las que decidieron vender se vieron obligadas a hacerlo a los precios que quiso Iberduero.